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¿Poco a poco se están perdiendo los valores?

Fui profesor por tres años en preparatoria.

Para algunos es poco, para mí fue más que suficiente. Aprendí mucho y cada día iba con la sincera voluntad de mejorar las cosas. Donaba libros a la escuela, hacía leer a los estudiantes. Mi propósito era hacer leer a cada estudiante tres libros por semestre y puedo decir que gracias a mí se compraron más de 200 libros en esos tres años como profesor.

En general es un trabajo que no me gustaría volver a tener por cuestiones de paciencia. No es un trabajo para todos y quien entre a trabajar como profesor es alguien que en serio debe tener la convicción de querer ser profesor.
En fin, como dije, aprendí mucho hablando con otros profesores y siendo uno yo mismo. Nunca se me olvidará la plática particular que tuve con un profesor en total y completa confianza.

“Cada vez están peor”, fue así como iniciamos la conversación. ¿Peor?, le pregunté. “Sí, cada vez están peor”.
Resulta increíble pensar que eso sea posible pero en verdad que sí es cierto. Cada vez estamos peor.

Como si los chicos automáticamente vieran como enemigos a los profesores. Ya por ser profesor eres odiado por tus alumnos. O que haya alumnos que van sólo a ligar a las escuelas. Chicos de 15, 16 años que saben de drogas o conocen la sensación de estar borrachos. Chicas de la misma edad preocupadas por ver si sale positivo la prueba de embarazo. Alumnos amenazando, sobornando o insultando de diferentes formas a los profesores.

No se reduce a que los chicos ni siquiera sepan cómo funciona una biblioteca, no es tan simple como decir que ni siquiera saben dónde hay librerías en la ciudad que llevan más de quince años habitando. Es todo eso y más.
Incluso hubo un colega profesor que me dijo recientemente “A este ritmo me sorprendería si salieran de la secundaria sabiendo leer”.

Funciona así. Con una buena actitud, el profesor puede ser capaz de instruirte no solo la materia que está impartiendo. Sino también buenos valores, como el hábito de vestirte formal para el trabajo. Puntualidad. Compromiso.

El problema radica en que la educación que llevan en casa muchas veces es pobre, o nula, y dado eso, no conciben que ir a la escuela representa una gran responsabilidad. Muchas veces los padres esperan que sus hijos sean enteramente educados en la escuela, siendo que en la casa también se les debe educar.

Entonces yo les pregunto, y los invito a reflexionar, ¿se están perdiendo los valores? ¿Cada vez estamos peor?