Nuestro ágil reportero salió a las universidades de Chihuahua sin un propósito en especifico. Haciendo preguntas sin saber qué buscaba, este fue el sorprendente e inesperado resultado:
-¿Qué estudiaste?
«Filosofía». «Historia». «Lengua Inglesa». «Derecho».
-¿Cómo te sientes por ya casi acabar tu carrera?
«Súper contenta». «Pues, alegre». «Muy contento». «Preocupado, con miedo».
Aquí fue cuando la entrevista tomó un camino interesante…
-¿Miedo?
«Me he matado los últimos cuatro años. Desvelándome. Exponiendo. Leyendo tanto como un ser humano puede leer. Aguantando a profesores que, a mi humilde criterio, no saben cómo enseñar. ¿Todo para qué? Para lidiar con la posibilidad de que tal vez termino trabajando en el negocio de mi papá o en algo que no tiene nada que ver con lo que estudié. A eso le tengo miedo».
«Ahora, imagínate que sí consigo trabajo donde yo siempre he querido (profesor de secundaria). ¿Qué tal si no era lo que yo esperaba? ¿Qué tal si llevo los últimos cinco años esperando ansiosamente por trabajar en algo que no es ni remotamente parecido a lo que yo imaginaba?».
«O supongamos, por pura suerte trabajo en mi lugar soñado, ¿qué tal si no me cubre mis deudas? Tendría quizás que dejar de trabajar ahí y buscar un trabajo que odie pero con mejor paga».
-¿No crees que estás siendo algo negativo?
«¿Negativo? No, realista».
«Es una triste realidad que en otros países alcance con un solo empleo, mientras que aquí necesitas dos empleos para subsistir. Matarte de 8 a 8 de lunes a sábado y apenas tener para dos o tres lujos».
«Personas con pocos estudios ganando más que profesionistas. Que entre más estudios tengas sea más difícil ser contratado. Verse entre el famoso ¨Trabajar para vivir o Vivir para trabajar¨. Necesitar experiencia laboral para ser contratado pero que al mismo tiempo no te quieran contratar para obtener esa experiencia laboral».
«Es una locura, por eso tengo tanto miedo».
¿Qué opina usted?
Add Comment