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Joven rarámuri cumple su sueño de convertirse en profesionista

Flor María González egresó del telebachillerato para estudiar en la Universidad La Salle de la ciudad de Chihuahua.

Su sonrisa apacible y su mirada serena contrastan con la fortaleza de espíritu y la perseverancia que tiene esta joven que hace honor a su linaje rarámuri. Flor María González Vega, es una chihuahuense que puede dar fiel testimonio de que el camino de la superación puede recorrerse a través del estudio.

Flor, nació un 18 de octubre de 1991 en el seccional de Rubio, municipio de Cuauhtémoc, pero ella manifiesta con seguridad “me considero de Sisoguichi”. La razón es muy sencilla, ella encontró en el Telebachillerato 8640 de esa comunidad ubicada en Bocoyna, el medio para alcanzar sus sueños.

Su familia integrada por ella, sus padres, y tres hermanos menores; dos mujeres y un hombre, decidió irse a vivir a Sisoguichi cuando Flor terminó la secundaria luego haber radicado en diversas comunidades. Como ella quería continuar con sus estudios, se dio la oportunidad de cursar su educación Media Superior en el citado plantel de Telebachillerato al que ella calificó como “una excelente opción, porque se encuentra en el mismo pueblo, conoces a tus compañeros además de que los maestros son muy buenos”.

Una vez que concluyó este nivel educativo Flor, convencida de que seguirse preparando era la ruta para lograr sus metas buscó alternativas para poder cursar una carrera profesional y fue entonces que encontró la ayuda de la Fundación Tarahumara José A. Llaguno, una asociación que brinda apoyos a la etnia rarámuri en diversas áreas, una de ellas el campo educativo: “me interesaba seguir estudiando, anduve investigando y ellos me ayudaron”, señaló.

De esta manera, en el año 2009 se traslada a la ciudad de Chihuahua para cursar la carrera de Ingeniería Industrial en Calidad en la Universidad La Salle, becada por la mencionada fundación con un apoyo que consiste “en una beca académica del 100% de la colegiatura de la universidad, y una beca económica que me proporcionaba cierta cantidad de dinero al mes para que yo pudiera cubrir mis gastos”, indicó Flor.

Sobre su paso por esta institución educativa, Flor María González indicó que hubo algunas cuestiones en las que se le dificultó un poco adaptarse, especialmente en lo relacionado con el uso de computadoras, pero que siempre contó con el apoyo de maestros y compañeros quienes también, hacían evidente la admiración que sentían hacia ella por ser un ejemplo de superación.

En diciembre de 2014 concluyó su carrera y en enero de 2015 ingresó a la empresa Visteon a realizar sus prácticas profesionales en el área de mantenimiento; “me dieron un proyecto que es asignar una nomenclatura a todas las bandas transportadoras que hay en la planta”, afirmó.

Esta tenaz joven rarámuri de 24 años es también, una amante del deporte y de otras disciplinas pues practica el básquetbol y el ajedrez. Desde que era estudiante de Telebachillerato, participó en varios torneos representando a su plantel en diversas competencias, y en el ramo académico, Flor recuerda con orgullo su participación en la asignatura de Física en el encuentro de Telebachilleratos: “una compañera y yo nos trajimos el primer lugar de los eventos académicos de la Región de San Juanito”. Ya como estudiante universitaria, tuvo la oportunidad de integrar el representativo femenil de baloncesto de la ULSA en torneos realizados en Campeche y el Estado de México.

Sin duda alguna, Flor María González sabe perfectamente que para lograr cada uno de sus propósitos cuenta con el total apoyo de su familia. Sus padres y sus hermanos, cambiaron su residencia de Sisoguichi a la capital para que Flor, pudiera continuar con sus estudios profesionales. Incluso, una de sus hermanas también cursa el nivel superior en la Universidad La Salle apoyada por la propia Fundación José A. Llaguno mientras que su hermano menor, estudia el bachillerato.

Sobre su futuro, Flor tiene muy clara la siguiente meta que desea concretar: “primero que nada, conseguir un trabajo y luego estudiar una maestría en Ciencia y Tecnología Ambiental en el CIMAV (Centro de Investigación en Materiales Avanzados)”, señaló la joven quién hace unas semanas, presentó con éxito su examen profesional de la licenciatura.

Con la sencillez y la espontaneidad que la caracteriza expresa; “recuerdo algo más que me costó mucho trabajo para adaptarme: utilizar pantalón” y es que la empresa en la que realiza sus prácticas profesionales, por motivos de seguridad pide que utilice esta prenda en lugar de la falda de la vestimenta tradicional rarámuri que ella siempre porta con orgullo “regularmente uso mi traje, especialmente los fines de semana” citó.

Flor María González Vega, es una muestra clara de que la determinación y el deseo de superación van siempre de la mano, pues cómo ella dice: “todo lo que se propone uno lo puede conseguir y siempre hay alguien que te puede ayudar”.