Al pie de la estatua ecuestre del Gral. Felipe Ángeles de la ciudad de Chihuahua, la mañana de este martes se montó una ofrenda floral y una guardia de honor, con motivo del centenario del fusilamiento del revolucionario, ceremonia en la que también estuvieron presentes descendientes directos, así como la comunidad de cronistas e historiadores locales.
Con la presencia del director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Felipe Ávila; de la secretaria de Cultura, Concepción Landa García Téllez; del secretario de Educación, Carlos González Herrera; del secretario de Extensión y Difusión de la UACH, Ramón Gerónimo OIvera Néder; y de la señora Alicia Ángeles Maya, en representación de la familia, se realizó este acto solemne, que cobra especial significado porque fue aquí donde, un 26 de noviembre de 1919, culminó la vida de este héroe revolucionario que fue y sigue siendo ejemplo de patriotismo.
Con las notas del Toque de Silencio, a cargo de la banda de guerra de la Quinta Zona Militar, esta significativa ceremonia honró la memoria del Gral. Felipe Ángeles, y las actividades en torno a este aniversario luctuoso continuarán hoy, con la presentación de un libro biográfico en Palacio de Gobierno, denominado “Felipe Ángeles, el estratega”, de la autoría de Adolfo Guilly.
En el homenaje, la Secretaria de Cultura refirió que para el Gobierno del Estado es muy importante honrar a un militar que fue muestra de integridad de congruencia, y de una generosa calidad humana, “su dignidad a todos nos debe enseñar, el guardar la memoria no solamente nos pone a reflexionar sino que nos muestra el camino que como funcionarios y como mexicanos debemos seguir para guardar y honrar a la patria, con los valores morales por encima de cualquier interés personal”, finalizó.
Felipe Ángeles nació en Zacualtipan, Hgo., el 13 de junio de 1869; a la edad de catorce años, en 1883, ingresó al Colegio Militar, del que egresó como uno de los más prominentes artilleros que ha dado el país. Así mismo, compartió sus conocimientos en el mismo recinto, donde se desempeñó como profesor y director. Durante el gobierno revolucionario de Francisco I. Madero, desarrolló una campaña militar de alto humanitarismo, contra la rebelión zapatista; después del asesinato del mandatario, abrazó la causa constitucionalista, como revolucionario.
Sus fuertes convicciones de justicia social, le obligaron a tomar partido por uno de los proyectos que enarbolaba Francisco Villa, con quien simpatizó; esta combinación del guerrillero con el militar profesional, les permitió lograr las mejores victorias, en diversas batallas de la revolución, entre las que destaca la toma de Zacatecas.
El ideal democrático de Ángeles comulgaba con el de Madero, lo que motivó el distanciamiento entre Ángeles y Villa, de tal manera, que al ser derrotados los villistas, en abril de 1915, el General Ángeles siguió a su lado, hasta que se exilia en los E.U.A., en octubre del mismo año.
En 1918 regresa con Villa, pero al poco tiempo se separa de él, y traicionado por uno de sus compañeros, es aprehendido; sujeto a consejo de guerra, es fusilado el 26 de noviembre de 1919, en la ciudad de Chihuahua.
La figura de Felipe Ángeles es un ejemplo patriotismo por su lealtad a las instituciones nacionales legalmente constituidas.
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