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Crean nuevos espacios de expresión artística para personas con discapacidad

La División de Atención a Públicos Específicos de la Secretaría de Cultura ofreció distintas actividades gratuitas sobre expresión digna e inclusiva en discapacidades motrices

La Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua presentó un taller artístico dirigido a personas con discapacidad, mediante el que la bailarina y coreógrafa Adriana Delgado Ramírez enseñó a un grupo de artistas a crear plataformas dignas e inclusivas.

Ella tiene una amplia trayectoria profesional, pues además es actriz, e investigadora de temas sobre educación somática y movimiento, además de ser pionera en

la aplicación de nuevos métodos en las áreas de discapacidad, danza y teatro, y fundadora y directora del “Grupo Ollin” que forman personas con y sin discapacidad.

Como parte de este proyecto, impartió el taller “Danza inclusiva, Danza desde el amar” a través de varias sesiones enfocadas a personas en sillas de ruedas o con otras discapacidades motrices; a actores; bailarines; profesores; y promotores culturales de este tipo de programas.

La intención es brindar un espacio para actividades creativas que comúnmente parecen estar restringidas para este sector de la población, al alentar la eliminación de prejuicios y promover la cultura de la inclusión.

La División de Atención a Públicos Específicos de la Secretaría de Cultura inició el año pasado con una serie de talleres para inclusión, en los que incluso participó el poeta y bailarín, Ekiwah Adler.

En 2019 se coordinó con la Asociación Civil Nelly Campobello, la División de Atención a Creadores, y Adriana Delgado para la impartición del referido taller, así como la presentación del libro titulado también “Danza inclusiva, Danza desde el amar”.

La coreógrafa también presentó una conferencia y un video llamados “Danza e inclusión, Grupo Ollin”, y el libro “Danza desde el Amar” que expone un trabajo teórico pero basado en la práctica, en el que recorre y analiza los aspectos tanto históricos como políticos de la danza escolarizada, desde una postura crítica.

Con ello la autora plantea un nuevo paradigma de trabajo para y desde el cuerpo, basado en el respeto de la conjunción cuerpo-persona para compartir una serie de principios para la enseñanza-aprendizaje de la danza, que posibilitan una mayor capacidad de ser conscientes de nuestra relación con el mundo a través de mejorar el movimiento.