(… Con que no nos queda otra vía que la vía democrática. Pero esta vía, según hemos dicho, es para muchos una verdadera prueba de fuego, un auténtico “juicio de Dios”.
En primer lugar, porque exige ganar la confianza del pueblo, que es lo mismo que abrirle las puertas para una libre actuación. Sin su voto, sin su apoyo decidido, la vía democrática resulta impracticable. Y en segundo lugar, porque solo se puede ganar su apoyo ofreciéndole un
proyecto de cambio que recoja expresamente sus intereses y aspiraciones legítimos; que detalle puntualmente instituciones y políticas de gobierno destinadas a materializar esas garantías y que defina con claridad las libertades y leyes que permitan al pueblo vigilar permanentemente el cumplimiento del proyecto entero…) Por: Aquiles Córdova Morán








