En el marco del evento conmemorativo por el día internacional contra la violencia hacia la mujer, la presidenta municipal, Maru Campos Galván señaló que este día no es de celebración sino que es para la reflexión y para sentir profundamente el dolor de una herida abierta que exige a todos mayores esfuerzos y una nueva y definitiva determinación contra la violencia hacia las mujeres.
Como parte de las acciones para combatir la violencia contra la mujer la Presidenta Municipal se comprometió a iniciar esta semana con el diseño y la implantación de programas de prevención de forma transversal con diversas direcciones de la administración municipal.
“La visibilidad y el reconocimiento creciente de la dignidad de la mujer es uno de los signos positivos de la modernidad humana y es un signo positivo que debemos reforzar con un impulso mayor a la transformación de fondo a las conductas de la convivencia entre hombres y mujeres” puntualizó la Alcaldesa.
Explicó que no se trata únicamente de los efectos más visibles de la violencia, cuando ésta se manifiesta en el maltrato físico o en el daño personal, sino que también de la violencia psicológica, la violencia que significa la asimetría en las prestaciones laborales, la cual es menos visible pero igualmente dañina.
“Y puedo decirlo no solamente como mujer, sino también como ya lo he comentado en alguna ocasión, como víctima que fui de esa violencia y puedo decir como después de muchos años te puede seguir persiguiendo esa sensación de impotencia, de rabia y dolor; y es que sí, aún quienes ocupamos cargos de responsabilidad hemos escapado de ella” agregó.
Maru Campos agregó que su pensamiento y solidaridad está especialmente con las mujeres de las periferias físicas y humanas, quienes son las más expuestas y vulnerables de la sociedad, con quienes se debe hacer un especial compromiso.
“Los golpes físicos, y ustedes lo saben comienzan siempre por golpes de lenguaje; mucho podemos hacer por cambiar, quisiera apelar, no desde la autoridad sino como mujer que ha podido atravesar esas vicisitudes para poder ocupar una condición en el ámbito del poder público a las transformaciones profundas del sistema jurídico y legal, pero también de políticas públicas incluyentes así como de cambios sencillos como es el lenguaje” añadió.
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