“Mediante el diálogo dentro de la interculturalidad, docentes y estudiantes pueden trabajar en conjunto para diseñar materiales educativos adecuados y con ello, hacer más eficiente la enseñanza y aprendizaje”, expresó la doctora, Martha García Ortega, integrante del Colegio de la Frontera Sur.
La ponente fue una de las expositoras participantes en la Reunión Nacional “Atención Educativa a la Niñez Migrante”, que se realiza en el Teatro “Gracia Pasquel” de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, UACJ, en esa frontera.
Con el tema “Acceso a la Educación en Contextos Laborales Precarios”, la ponente expuso en su conferencia las formas de vida de los migrantes, así como los retos que enfrentan los y las docentes, ante la diversidad de lenguas que hablan los estudiantes atendidos, procedentes de diversas comunidades indígenas del país.
Para exponer el tema se refirió en particular al caso de los trabajadores agrícolas migrantes en la agroindustria azucarera del sur de país, una de las actividades en donde cada año se emplea a cientos de trabajadores que llegan a trabajar con sus familias.
García Ortega señaló que algunos de los niños y niñas que viajan por todo el país en estas condiciones, llegan a adquirir y utilizar varias lenguas, lo que les permiten una mejor comunicación con sus maestros y maestras, además de conocer la cultura de cada estado y región donde residen por poco tiempo, mientras cursan sus estudios de nivel correspondiente, ya sea en Preescolar, Primaria o Secundaria.
En esta reunión nacional sobre educación a menores migrantes, se cuenta con la asistencia de docentes de 27 estados de la República Mexicana, en donde se aplican diversas estrategias pedagógicas para que los niños, niñas y adolescentes migrantes, puedan mejorar en sus procesos de de aprendizaje.
“Las y los docentes que trabajan en esos centros educativos, pueden aprender de todos los alumnos que reciben educación básica y que provienen de diversas regiones, estados y culturas, mediante el dialogo de profesor a alumno”, comentó.
En su exposición, la antropóloga e investigadora Martha García, habló de los grandes desafíos que los docentes de migrantes enfrentan en cada ciclo escolar agrícola pues, nunca saben cuántos alumnos tomaran clases y quienes hablaran español u otras lenguas.
Los centros escolares ubicados en diversas regiones de esos 27 estados del país, reciben cada año a estudiantes de distintos pueblos indígenas, como mixtecos, zapotecos, triquis, tarahumaras, tlapanecos, nahuas, tzotziles, tzeltales y choles, entre los principales.
En cada ciclo escolar agrícola asisten a clases hijas e hijos de padres jornaleros agrícolas, quienes viajan durante el año a diversos estados para la cosecha de frutos, vegetales y granos, lo que les permite tener un sustento económico de vida.
En el caso de los estados de Chiapas, Campeche y Tabasco, donde se cosecha la caña para procesarla como azúcar y el grano de café, se tiene una mayor cantidad de trabajadoras jornaleros, quienes viajan incluso desde la región noroeste del país (atravesando casi todo el territorio nacional), con el fin de emplearse en estas labores primaras, destacó García Ortega.
Ante estas situaciones los docentes de migrantes enfrentan el reto de elaborar los adecuados materiales didácticos, que les permitan a sus estudiantes lograr los mejores aprendizajes en poco tiempo.
Con el fin de que esos alumnos adquieran los conocimientos necesarios en lecto-escritura y pensamiento matemático, estas herramientas educativas les ayudan a continuar con sus estudios básicos cuando emigran a otro estado con sus familias, indicó.
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