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Una inadecuada comunicación entre familia puede afectar el desarrollo de los más jóvenes de casa

El poder de las palabras en el proceso de la comunicación durante el aislamiento preventivo por COVID-19, debe mantenerse siempre con respeto en el seno familiar, pues un mal manejo del lenguaje puede afectar el desarrollo de niñas, niños o adolescentes.

“El diálogo en el resguardo debe ser con respeto, estrechando lazos familiares, de manera afectiva sin juzgar y atacar a nadie, porque la salud mental debe de estar en un buen nivel en nuestro entorno”, aseguró Diego Olvera Fernández, del área de Investigación y Capacitación de la Dirección de Fortalecimiento Familiar del DIF Estatal Zona Norte.

El poder de la palabra es tal, enfatizó, que no deben de registrarse agresiones verbales, porque eso puede provocar otro tipo de acciones, precisó, al exponer sobre el tema “Comunicación asertiva, el poder de la palabra en tiempos de COVID-19”, en la emisión de este viernes del programa Saludable Mente, que conduce el periodista Alfonso Villalobos.

“Las palabras crean realidad y en el desarrollo nos afecta, incluso a niños, niñas y adolescentes y se puede afectar su desarrollo integral”, afirmó el especialista.

Explicó que está comprobado que si no se da a los menores el afecto que necesitan, pueden cambiar en su forma de ver y actuar ante la vida.

Héctor Valdez Caraveo del área de Investigación y Capacitación de la Dirección de Fortalecimiento Familiar del DIF Estatal Zona Norte, precisó que a los menores se les debe de tratar de una mejor manera, para que no se les distorsione la realidad y sean hombres y mujeres de bien en la sociedad.

“El lenguaje no solo es verbal, es corporal, porque todo ello influye en las reacciones de las personas y por ello es muy importante una buena comunicación, para que el mensaje pueda ser entendido y sin que sea ofensivo”, agregó.

Martha Rodríguez Plaza, directora de Fortalecimiento Familiar del DIF Estatal en la Zona Norte, señaló al respecto que uno de los principales problemas de la comunicación son los malentendidos.

“Uno es lo que percibimos y otro es lo que interpretamos ¿Cómo diferenciar lo que percibo de lo que interpreto?”, cuestionó a la audiencia; “pero eso depende de las experiencias previas, por eso es importante preguntar qué es lo que se ve y qué es la realidad”, sostuvo.

Subrayó que para evitar los malentendidos, se debe de interpretar que las necesidades son las mismas que las de los demás, por lo que la aclaración de los hechos siempre debe ser la primera, para que no derive en problemas mayores ocasionados por las emociones.