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CON INTERVENCIÓN EN PARQUE, SE REACTIVA COMUNIDAD DE RIBERAS DEL SACRAMENTO

Lo que antes era un parque sin sombras, sin áreas de descanso, sin gradas para ver las “cascaritas” que juegan los niños y jóvenes por las tardes, sin luminarias y en general, gris y vandalizado, ésta semana se convirtió en un sitio vivo, dinámico, cómodo y que invita a chicos y grandes a visitarlo, a convivir y divertirse.

Esto fue posible gracias a la unión de voluntades de las diversas instituciones que participan en el programa “Mi colonia es mi casa en Riberas del Sacramento”, y en este caso en particular la batuta la llevó el Instituto Superior de Arquitectura y Diseño (ISAD) al recuperar y rehabilitar este espacio público con la ayuda de la comunidad, y sobre todo de los niños y jóvenes.

“Manos a mi Parque” se denominó este proyecto que es producto del Taller del Desierto que toman en verano los alumnos de arquitectura y diseño, y con la asesoría del colectivo de diseño de origen español, “Zuloark”, los arquitectos Luis Galán, Rodrigo Seáñez, Juan Castillo y Miguel Villalba, y la metodología comunitaria modelada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se realizó una consulta con los vecinos del parque y sus hijos e hijas para posteriormente generar un diseño de mobiliario e instalación que atendiera las necesidades de sus usuarios directos.

Miguel Corral, Director del ISAD y líder de este proyecto de intervención urbana, señaló que pudieron empatar las experimentaciones de los alumnos dentro de su taller de verano, con la estrategia comunitaria que encabeza USAID en la colonia del extremo norte de esta capital.

“Se hizo un proceso de aproximación al usuario, en este caso, los niños de entre 7 y 14 años; se les pidió que evaluaran su parque y las necesidades más frecuentes que expresaron fueron sombra, juegos, canchas con pasto, luz y árboles. No podemos intervenir en todas ellas, pero pudimos idear soluciones para instalar sombras y espacio de convivencia y un poco la reforestación”, señaló el director.

De esta manera, con una inversión de cerca de 65 mil pesos que fue absorbida por los alumnos, maestros y tutores del ISAD, así como algunos patrocinadores, se logró la construcción e instalación de cinco estaciones o módulos para diferentes usos: módulo comunitario: lugar de avisos o para estar en contacto con la comunidad y espacio para charlas; módulo de descanso: mobiliario tipo taburete; módulo deportivo: gradería para ver el juego, con marcador en pizarrón; módulo ecológico: con mensajes de concientización y árboles plantados dentro del módulo; módulo de estar: con mobiliario tipo taburete, recreativo, con tarimas donde pueden trepar los niños.

“Se trata de una inversión muy pequeña en comparación al impacto que se puede tener en el contexto inmediato, y el hecho de hacer un proceso de consulta e involucrar a los vecinos los volvió aliados y coresponsables, pues participaron y se involucraron en todas las tareas; en un ejercicio de este tipo, la comunidad participa activamente en el cuidado y mantenimiento de la instalación”, explicó Corral.

Los expertos del ISAD observaron a partir de esta consulta una posibilidad de acción en el área de diseño urbano, específicamente en el tema de apropiación del espacio público y asumieron la responsabilidad de generar en un mes de trabajo un proyecto general para el mejoramiento de las áreas destinadas a parques y/o espacios deportivos incluyendo también la construcción de un prototipo a escala 1:1 a manera de instalación efímera, con el que se puedan poner a prueba tanto los procesos de diseño como la funcionalidad de la propuesta.

Señala Corral que el simple hecho de alterar un espacio cambia la dinámica social de toda una zona. “Tenemos la referencia de la intervención realizada en 2015 en el Parque Urueta, en el centro de la ciudad, donde con la rehabilitación de la fuente central los niños jugaban y las familias podían estar hasta las 10 de la noche sin preocuparse de ser víctima de algún crimen. La luz instalada en la estructura daba seguridad a las familias vecinas y la afluencia en el parque, que no disminuyó desde el primer dia, se vio reflejada en los comercios. El proyecto cambió la manera de vivir el parque Urueta”, explicó.

El tiempo que dure esta instalación dependerá del uso y cuidado que tengan los vecinos del parque ubicado en las calles Rio Rhin y Rio Amour de la Colonia Riberas del Sacramento, y es parte de la serie de intervenciones que se realizan en el sector para integrar a los habitantes y reducir los índices de criminalidad y violencia por parte del Ayuntamiento de Chihuahua en colaboración con el USAID y diversas organizaciones no gubernamentales.